martes, 30 de noviembre de 2010

Viajando por un sueño


(Publicado por www.infiernorojo.com)
Este Diablo Rojo tiene un ángel de la guarda, al menos eso cuentan por Avellaneda. Argumentan, muchos, que los pelotazos respetan a Hilario y que este, a su vez, negocia con los postes, que suelen dar una mano. Aducen, varios, que Silvera heredó algunos genes de Erico. Y en definitiva, prueban, todos, que el plantel completo es escoltado, siempre, por un ángel rojo, que despliega su más infernal aura: la mística copera. Y sí, la mística, ese mito tan real, aún sigue ahí, fiel e ilesa, y muy enamorada de Independiente. La mística, insisten, es la plusvalía del Rojo.

Ahí está la final y la copa. Ahí está el ignoto Goiás, y la fortaleza de su juego aéreo. Independiente nunca, jamás, subestimó un rival. No hay porque hacerlo ahora, por más que los brasileños vengan de descender a 2da. El sueño copero del Rey, decorado por la euforia de sus hinchas, aterriza en el ganadero suelo goyano, al centro- oeste de Brasil. Puede que en este estado, de 341.289,5 km² (5 millones de habitantes), sepan poco y nada de este viejo conquistador. Pero en el resto de Brasil, los gigantes saben, y muy bien, de quién se trata. Y claro, el rumor, de boca en boca, ya se va haciendo (mala) noticia: “Llega el Independiente”. Y la “pesadela” se hace piel y hueso.

Es que el Rey de Copas nunca se murió, por más que la “crítica especializada” le haya firmado el acta de defunción, en todos, y en cada uno de los partidos. Porque para matar a un Rey, sépanlo, hace falta aniquilar todo un ejército. Y por suerte, su historia y 5 millones de diablos, son los que lo defienden a brazo partido. Pero no será fácil seducir a la Copa Sudamericana. Porque, como una mina histérica, por más que se haga la conquistada, siempre hay que chamuyarla un poquito más. Por las dudas…

“Arriban esos gauchos furiosos”, piensan en Brasil. “Jugamos contra esa camiseta colorada, que sembró terror en nuestras más imponentes torcidas”. No están aquellos cracks de antaño, es cierto. Pero, como le dijo Luis Islas a Infierno Rojo, “Independiente, es Independiente. Y esto es la copa, eh. Con el perdón, de Banfield y Vélez, el Rojo siempre va a tener un plus. ¿Vos pensás que es fácil enfrentarse con este gigante?” Y si lo dice Islas… La historia así lo certifica. El Rojo usa un “escudo protector”: su curriculum copero. Va a la “guerra gaucha”, con chapa: definió 4 copas con brasileños y ganó 3: vs. San Pablo, Libertadores 74; vs. Gremio Libertadores 84 y vs. Flamengo, Supercopa 95. La única perdida fue en la Supercopa 96, ante Gremio (4-1).

El mítico Rey de Copas ya se despabiló; y está en la final, con la enjundia de un plantel joven (23 años de promedio) Los mitos, por si no lo saben, fueron, son y serán eternos. Están ahí por siempre. Se impregnaron en el cemento de la Cordero, y salen a la cancha, en las noches de copa, escondiditos en el ADN de la camiseta. Porque la mística, esa que sabe de hazañas, brazos en alto (liderado por Chivita Maldonado), paredes (de Bochin y Bertoni) pierna fuerte y templada (de Hacha Brava Navarro y Pavoni…) y manos extintoras (de Pepé Santoro, Goyén, Gay, Islas, Mondragón…), no se jubiló con todos ellos.

“No me sorprendió Goías”, dice, cauto, el Turco Mohamed. Y aclara, que los brasileños ganaron todas sus series de visitante (vs. Peñarol, en Montevideo; vs. Avaí, en Florianópolis y vs. Palmeiras, en San Pablo). Islas agrega: “Independiente es más que Goiás, tiene más juego y carácter”. Las ilusiones crecen y las ansiedades se escurren por todos lados. Y con los triunfos, entra dinero. Los dirigentes ya se restriegan las manos. Si el Rojo gana, le ingresarán– según el Cronista Comercial– 5 millones de pesos. Y clasificará, automáticamente, a la Libertadores 2011, jugará la final de la (patética) Suruga Bank, la Recopa y la Sudamericana 2011.

Ahora, la leyenda continúa y la historia, extrañamente, parece repetirse. Antes era Boneco, el perro mascota y emblema en los 70. Ahora es Max, el Golden Retriever de Parra, a quien el 9 le dedicó su gol. Algo raro está pasando… Por eso, si la pelota pega en el palo, si el calor del este de Brasil complica al Rojo, si ya no te quedan Alplax para calmarte, ni vino para engañar temores, quedate tranquilo, hermano. Y acordate: si de copas se trata, el Diablo sabe por Diablo, pero más sabe por viejo.

1 comentario:

Daniel dijo...

Me hiciste emocionar.
Vaaamooo Rojo.
Ya en unos momentos se larga...